29 febrero 2012

La empresaria pacense María José Simón cree que la nueva normativa es buena para ella, pero también para sus empleados


Dice María José Simón Obregón que le gustaría que los trabajadores vieran el lado bueno de la nueva reforma laboral y una de las cosas que se le ocurren que puede contribuir a ello es que los empresarios se animen a comunicar las acciones que están llevando a cabo tras la entrada su entrada en vigor. Por eso a ella, que tiene un centro de formación en Badajoz, no le importa hacer público que ha hecho indefinidos a sus dos trabajadores.
«Estaba esperando precisamente a que se aprobara la reforma para favorecerlos a ellos y que tengan una estabilidad laboral», apunta esta empresaria extremeña con 20 años de experiencia. Su centro, 'La academia', está especializado en complementar la formación universitaria de los alumnos que cursan L.A.D.E., Empresariales y Económicas, Grado en ADE y Grado en Economía.
Se siente una afortunada porque su empresa no se ha resentido demasiado por la actual crisis económica. «Simplemente funcionamos por épocas, hay algunas en las que hay mucho trabajo y otras en las que hay poco», asegura, y señala que la media de alumnos que atienden son unos 200.
María José tiene muy claro su punto de vista de la nueva normativa laboral: «El trabajador tiene que pensar en trabajar y el empresario en crear empleo. Hay que dejar ya de buscarle los cinco pies al gato. Sabemos cómo está la situación y tenemos que arrimar el hombro. Si queremos polemizar, a todo le podemos sacar punta. Pero quiero dejar claro que igual que hay trabajadores buenos y malos, hay empresarios buenos y malos. No todos queremos sacar tajada. Yo creo que mis trabajadores tienen que estar contentos para hacer bien su labor. Eso es clave», asegura.
Sí que reconoce que la rebaja en los seguros sociales ha sido una de las principales ventajas de la nueva ley laboral que le ha animado a hacer fijo a sus profesores. «Además se lo planteé de forma directa, les dije que después de conocer todos los detalles revisaríamos la posibilidad de contratarlos», cuenta.
Considera que hay cuestiones que afectan a los empresarios y que la gente ni se plantea como el dinero que pagan a la seguridad social por sus empleados, que tilda de excesivo. «Es que es un 40% del sueldo bruto lo que se va en este concepto. Una cantidad que en muchos casos daría para contratar a otro trabajador más. Este es un detalle que deberían saber aquellos que se quejan de que los sueldos son muy bajos», apunta. Aclara que en negocios pequeños como el suyo esta cuestión es importante, porque además, es independiente del tamaño o los beneficios de la empresa en cuestión.
La naturaleza de su negocio, que tiene temporadas altas y bajas, dependiendo de la época de exámenes, hace que durante dos décadas haya contratando a sus colaboradores por periodos de tiempo en base a ello. Aunque afirma que su política siempre ha sido de que cuando va pasando el tiempo y ve que se involucran, los hace indefinidos.
Despidos e indemnizaciones
En lo referente a los despidos, otro de los puntos calientes de la nueva reforma, admite que como cualquier empresario ha tenido que despedir a algún empleado. «Siempre he cumplido con la normativa en este sentido. Si bien he de reconocer que no me parece excesivo tener que indemnizarles en según qué casos. En el último, por ejemplo, era una persona que llevaba ocho años conmigo y durante ese tiempo siempre le pagué religiosamente. Y no entiendo muy bien que tuviera que desembolsar 20.000 euros... Porque yo, cuando prescindo de un trabajador es porque objetivamente creo que no ha desempeñado bien su trabajo. Pero bueno, se cumple con la ley y ya está», resume.
Pese a ello, no considera algo positivo que la nueva reforma laboral abarate el despido. «Creo que no era estrictamente necesario pero igual que los empresarios nos tenemos que poner las pilas, los trabajadores tienen que desempeñar bien su trabajo para que no les despidan», sugiere.

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